La frase, tomada del inolvidable Principito de Antoine de Saint-Exupéry, nos invita a reflexionar el como la mayoría de veces el verdadero valor de las cosas no es tan evidente.
Es decir, es una llamada a ir más allá de las apariencias pero, en un mundo inmerso por la efimeridad, esta frase puede tomar un sentido un poco peculiar.
Instagram, y de hecho las redes sociales, se han encargado de conquistar el mundo por medio de tendencias. Mucho del contenido en Internet es fugaz, es de momentos. Y, en otras ocasiones, solo nos enfocamos en generar contenido sin detenernos en vivir el momento.
Cuando estamos en algún evento preferimos tomar la foto perfecta antes que guardar ese momento en nuestra memoria. Lo mismo pasa cuando vemos algo lindo: preferimos “guardar” el objeto en nuestro carrete de fotos antes que en nuestro ojos.
Eso es lo que ilustra perfectamente la imagen: el Principito de las fotos va caminando, se percata de una rosa… ¿su rosa, tal vez? pero, en lugar de contemplarla y conocerla solo se detiene, le toma una foto para Instagram… y se va.
La rosa, aquella que pudo ser única y especial para él, aunque no pasó desapercibida, desapareció de su vida de forma instantánea para formar parte de una más de sus fotos.
Nosotros cometemos ese error.
Desde con cosas tan sencillas como la comida que comeremos (primero tomamos la foto y después comemos) hasta con aquellos lugares o cosas fantásticas que vemos y admiramos a través de la pantalla de nuestro celular porque aunque estamos frente a ellas preferimos grabar o tomar una foto que compartiremos en redes sociales en lugar de disfrutar ese momento.
Y es que de eso de trata la vida: de disfrutar. Lo lindo de la vida es, precisamente, vivirla. Sí, es extraordinario y fantástico ver una foto que te recuerde algún momento lindo y fantástico pero las fotos no deben vivir por ti.
Capturemos la belleza del Universo con nuestros sentidos para que, con la magia de nuestra naturaleza, con tan solo cerrar nuestros ojos podemos ver, sentir y recordar aquellas cosas, momentos o personas que nos hicieron sentir que vivir es extraordinario.